LOS RETOS POST-JOHNSON DE LOS CONSERVADORES
- Jose Luis Hernandez de Arce
- 12 jul 2022
- 1 Min. de lectura

En una situación como la actual, es fácil que en el partido conservador británico pueda caer en el viejo tópico español “muerto el perro, se acabó la rabia”.
Este dicho popular sería aplicable si Boris Johnson fuera el único, o el mayor problema, del partido conservador. Pero un análisis de la composición del grupo Torie en el parlamento de Westmister nos da una idea del verdadero reto de los conservadores británicos.
Ahora mismo parece que todo es cuestión de elegir a un sucesor honesto y responsable, todo lo contrario, dirían, que el dimitido primer ministro. Quienes reducen la cuestión así, olvidan que, con todos sus fallos, Boris Johnson había conseguido una de las cosas más difíciles en política: mantener unidas las contracciones de los suyos.
Y es que el partido conservador se divide dos grupos. Un grupo pertenece a la tradición que aboga por la libertad de mercado y los impuestos bajos, mientras que otra parte de los parlamentarios conservadores, sobre todo aquellos pertenecientes a las demarcaciones del norte del país, aboga por aumentar el gasto social. Recordemos que Boris Johnson debe gran parte de su victoria en las elecciones a ese cinturón rojo del norte que, por primera vez en la historia, decidió votar conservador.
Por ello, el nuevo primero ministro, más allá de los retos de la política nacional, se encontrará con el primer gran desafío de mantener la coherencia dentro de su propio partido, para no perjudicar esa amplia mayoría que les proporcionó el discurso de Johnson, conservador a la vez que popular.
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