Rishi Sunak se enfrentó anoche a una reacción violenta de los conservadores de derecha por los vuelos de migrantes a Ruanda después de que cambió de opinión al abandonar las leyes de derechos humanos.

Hasta 40 diputados conservadores decidieron en enero no rebelarse contra el acuerdo de asilo después de que el Primer Ministro dijera que hacerlo correría el riesgo de que Ruanda lo abandonara.

Sin embargo, el miércoles dijo que los controles fronterizos prevalecen sobre "nuestra pertenencia a cualquier tribunal extranjero", aparentemente despejando el camino para abandonar el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH).

La aparente contradicción enfureció a los parlamentarios. Uno dijo: '¿Entonces no pudimos ir más lejos con respecto al CEDH en el proyecto de ley sobre seguridad de Ruanda porque el gobierno de Ruanda se retiraría del acuerdo pero ahora podemos abandonarlo por completo?

"Esto tiene que ser algún tipo de broma."

La ex ministra del Interior, Suella Braverman, ha dicho que no aprobar el proyecto de ley sería una "traición al pueblo británico".

La política de Ruanda está diseñada para disuadir a los inmigrantes en embarcaciones pequeñas enviándolos al este de África para solicitar asilo. La Corte Suprema lo declaró ilegal en noviembre.

Sunak cree que el proyecto de ley aborda las preocupaciones del tribunal y finalmente permitirá que despeguen los vuelos de expulsión.